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Es interesante notar cómo BMW, Honda y Vespa nacieron en contextos posbélicos. BMW, nacido en Alemania después de la Primera Guerra Mundial, originalmente fabricaba motores de avión y luego pasó a las motos, especialmente durante un período de restricciones económicas. Honda surgió en Japón tras la Segunda Guerra Mundial, nacido de la necesidad de transporte económico. Vespa, una invención italiana después de la misma guerra, también surgió como una respuesta al deseo de transporte accesible. Algo que se suele pasar por alto es que Alemania, Japón e Italia fueron países del Eje que salieron derrotados y devastados tras la Segunda Guerra Mundial. Las infraestructuras de transporte, como carreteras y puentes, quedaron en ruinas, haciendo que los vehículos más grandes fueran prácticamente inútiles. En este paisaje de destrucción, estas motocicletas se convirtieron en algo más que una opción: eran la única solución viable para el transporte autónomo. No solo movieron personas, sino que también fueron fundamentales para el transporte de alimentos y suministros esen


ciales durante el período de reconstrucción. En cierto sentido, estas motocicletas no solo representan un triunfo de la ingeniería, sino que también fueron herramientas clave para levantar estos países desde sus propias cenizas. Con el estado desastroso de los caminos, estas motocicletas tenían que ser verdaderos todoterrenos. No era suficiente que fueran solo eficientes; tenían que ser resistentes, versátiles y fácilmente reparables, incluso con herramientas y repuestos improvisados por mecánicos inexpertos. Además, el factor económico jugaba un rol impo


rtante: estas máquinas debían ser accesibles para una población que, en muchos casos, estaba al borde de la pobreza debido a los estragos de la guerra. Al igual que un diamante se forma bajo condiciones de extrema presión y calor, estas icónicas motocicletas fueron forjadas en momentos de intensa adversidad nacional. En situaciones difíciles, la necesidad y la escasez pueden actuar como las "altas presiones" que llevan a soluciones innovadoras y duraderas. Estos vehículos no son solo máquinas, sino diamantes industriales tallados por las circunstancias, que terminaron brillando a nivel global.





Estoy en mi sala y, de pronto, ahí están Ansiedad, Estrés y Conflicto. No es que los invite, pero siempre encuentran la manera de colarse en mi vida al menor descuido.

"Hoy vamos a seguirte todo el día", dice Ansiedad, revoloteando como una mosca molesta.

"Sí, tenemos mucho de qué hablar", añade Estrés, frotándose las manos.

Ya me cansé. Voy al garaje, me subo a mi moto y arranco. En el espejo retrovisor los veo reuniéndose en la entrada del garaje.

"Deberíamos seguirlo", sugiere Conflicto.

"Bueno, pero ese ruido del motor me estresa más", se queja Estrés.

"Y quién sabe qué otros problemas encontraremos en el camino", añade Ansiedad.

Me largo y acelero, dejándolos atrás en una nube de polvo y dudas. Llego al mirador, me quito el casco y respiro aliviado. Ahora ya no tengo la sensación de que me están siguiendo.

Regreso a casa y ahí están, como si nada.

"¿Nos extrañaste?", pregunta Ansiedad.

"Ni un poco", respondo. "De hecho, me di cuenta de que hay un lugar donde ustedes no se atreven a seguirme: mi moto."

Se miran entre ellos, sabiendo que es verdad. Y eso, amigos, es un gran triunfo para mí.




Los centauros, seres míticos con el torso de un humano y el cuerpo de un caballo, han fascinado a la humanidad durante siglos. Estas criaturas representan un equilibrio único entre la fuerza bruta de la naturaleza y la inteligencia humana. En el mundo moderno, los motociclistas podrían considerarse los centauros contemporáneos, siendo una fusión entre hombre y máquina.



Quirón y los Viajeros

Quirón, el centauro más famoso de la mitología, era conocido por su sabiduría y su amor por la enseñanza. Viajaba mucho, compartiendo su conocimiento. Podemos compararlo con los viajeros, quienes aman viajar largas distancias en sus motocicletas, disfrutando del paisaje y la cultura de nuevos lugares. Ambos buscan un tipo de iluminación: Quirón a través del conocimiento y los mototuristas a través de la experiencia.


Folo y los Enduristas

Folo, otro centauro conocido, era aventurero pero menos refinado que Quirón. Podríamos compararlo con los motociclistas de enduro, que buscan el terreno más desafiante y los caminos más difíciles, para probar tanto sus habilidades como sus máquinas. Ambos son exploradores y aventureros en sus respectivos mundos.


Neso y los 'Racers'

Neso, uno de los centauros más agresivos y veloces, personifica la velocidad pura y el deseo de vencer a cualquier costo. Este espíritu vive en los motociclistas de carreras, que buscan la velocidad extrema y se someten a grandes riesgos para cruzar la línea de meta antes que nadie.


La figura del centauro en la mitología se refleja sorprendentemente bien en los motociclistas. Ambos comparten el deseo de fusionar dos mundos, el humano y el de la bestia o la máquina, para lograr una forma única de libertad y expresión.



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